Hoy vuelvo. Cuatro meses más tarde me subo a las teclas
again, porque, aunque suena muy obvio, PUEDO.
Esta última semana, he disfrutado de planchar, de madrugar,
del dolor de espalda, del apelotone en el metro y de las pipas podridas. Me he
alegrado del sonido del despertador mañanero, de las rozaduras de los zapatos,
de los ronquidos de mi Pichu y de hacerme la cera. Y ¿por qué? Porque hace una
semana, mi hermana iba en el coche, y un señor se saltó un stop y le hizo
romperse la mano, llevarse un susto de increíble y varios moraíllos. Porque mi
prima Natalia iba en moto con su marido y un señor de 82 años en coche, en
sentido contrario, se los llevó por delante. No tuvo tanta “suerte”… Ella murió
en el acto, él se recupera de infinidad de fracturas, apertura abdominal y el
trauma de que Natalia, ya no está.
Y cuando ves que tienen tu edad, que tú vas en coche, que tú
vas en moto, y que te podría haber pasado a ti, las prioridades te cambian de
un porrazo. La infinititisísisma alegría de que mi hermana “sólo” se rompiera
un hueso y que pueda seguir disfrutando de ella y la inmensa suerte de no ser
la hermana que llora la pérdida de una hermana, me ha hecho empezar a valorar
las cosas de otra manera…
No es que ahora empiece a conformarme con la vida, y a estar
agradecida por todo, sólo por seguir respirando; si no que ahora voy a
intentar, que hasta las siestas, sean sinceras, sean de calidad. Sé que me
seguiré poniendo de morros, porque mi Pichu piense que pasar las aspiradora, es
mi hobby favorito. Sé que me seguirá apeteciendo que esos pantalones de la 40,
me queden divinos (sí, que pasa, tengo los huesos grandes!). Pero mira, lo voy
a disfrutar. Y lo más importante, lo voy a compartir. Con mi hermanas, con mis
hermanos, con mi family, con mis amigos, y con el primer borracho que me
pregunte. Y of course, con vosotros.
La muerte es una mierda, pero lo queramos o no, es parte de
la vida. Y en mi afán por intentar sacar el lado positivo a todo, esto no será
menos. Me alegro de haber vuelto a hablar con muchos de mis primos, me alegro
de hablar con mi hermana todos los días, me alegro de haber vuelto a recordar historias con Natalia y me alegro, de poder estar aquí, tecleando y
tecleando, y sobre todo, disfrutando.
P.D. Primavera, has empezado de puta pena. Te doy hasta el verano. Primer aviso.