jueves, 14 de julio de 2011

Con la iglesia hemos topado...


Ya está bien!!

Tengo que decir que durante estos últimos días, vamos, estos últimos 23 días, he concentrado toda mi atención en drogarme, legalmente, como una desesperada, así que espero que lo que me quede de cerebro, sirva para algo... Que rollo de fiebres, matarilismos, y derretimiento de cerebro. He visto de refilón hasta una fiebre escarlata, no os digo más...

He estado un poco desconectada del mundo. No he leído nada que no tuviera miligramos escrito en algún lado, pero hoy me he vuelto a poner un poco a pasear por fuera de mis miserias, y me he encontrado con esta noticia de El Mundo: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/07/13/internacional/1310554438.html

En resumen: un hombre ha querido ponerse como foto en el carné de conducir una en la que aparecía él con un colador en la cabeza. Alegaba que si con ciertas religiones se permite un pañuelo, o un turbante o un velo, a él como pastafari (http://es.wikipedia.org/wiki/Pastafarismo), le tenían que dejar llevar un colador en la cabeza. Ha tardado 3 años, pero le han dado la razón. 

Siempre he oído de los mayores, que si no quieres discutir, no hables ni de fútbol, ni de política, ni de religión... pero hoy toca. Por lo menos la parte en la que tenemos que aceptar, que todas las religiones están basadas en historias maravillosas, con personajes excepcionales, que tenemos la certeza en nuestro interior de que son verdad y que nos hacen sentir tremendamente bien, o por lo menos, no tan mal. Creer en un dios que nos acompaña, que nos hace seguir adelante, que nos llena de significado, que nos da unos valores, que nos acerca a otros... es la pera!. 

Plural mayestático de esos... yo, soy atea. 

Estas cosas son así, una no lo elige, o sientes la llamada, o te pasa de largo, y a mí me pasó sin mirar... Mi abuelo era diácono, por lo que estoy bautizada y hecha la comunión... Mi padre nos llevaba los domingos a la iglesia, pero tengo que reconocer que la emoción residía en el bollo que nos compraba al terminar la misa (esa era la verdad father...).  Recuerdo en el cole, en 5º de EGB, teníamos una profe en el colegio que nos hacía rezar todas las mañanas, el Por la señal de la santa cruz, de nuestros pecadores...etc, etc. Era un colegio público, pero oye, lo que pasa en la intimidad de la clase se queda en la clase. Me caía tan bien mi profe, que de alguna manera, hasta me gustaba el rece... recuerdo cuando me dolía la cabeza, hacerme el por la señal de la santa cruz, por la señal de la santa cruz, hasta la saciedad a modo de aspirina, recuerdo el rezar por las noches y pedir que por favor me pusieran gafas y aparato, ya ves tú! estaba pidiendo un suicidio social infantil!! Pero un día, en algún punto entre los pecadores y el credo, perdí el interés. Primero me dí cuenta que iglesia y dios, son dos mundos distintos. Que lo que podía ser una idea bonita y adorable, un cura jodío se la podía cargar en dos sermones. Que hay curas que no son tan buenos como debían y que dios estaba muy adaptado a los tiempos modernos, para ser una figura tan antigua... el caso es que llegado el momento de ir a misa de forma voluntaria, se me acabó la religión.

Sí que creo. Creo en que dios (allá que vamos) es como una proyección de un YO que puede con todo, que es la pera, que siempre está al 100%, pero que creer en uno mismo de esa manera es tan... pretencioso (y bipolar...), que creamos una figura externa, ajena a nosotros. Eso nos hace más modestos, y ser más modesto, es ser más humilde y eso nos hace grandes, nos hace ser la pera... que es mucho mejor que ser pretencioso...

Yo creo en mí. Creo que la voy a cagar, y la cago... soy la pera. No en serio, creo en mí como única responsable de todo lo que me pase, haga y decida. Si lo hago bien, genial, si lo hago mal, me lo apunto para la próxima, me maldigo en arameo, y a dormir que mañana será otro día. No necesito mandamientos, creo en el sentido común, en mi padre y en los X Men! 

Desde mi punto de vista, creer en dios tiene que ser una herramienta más para facilitarte la existencia, pero cuando se convierte en el centro neurálgico de tu ser, corres el riesgo de tener una crisis religiosa y que tu mundo se tambalee más de la cuenta... Es como quien tiene un cáncer (no os tomeis a mal el ejemplo). Desde el primer momento en que le comunican el cáncer su vida se basa única y exclusivamente en tratar, atacar, sobrellevar, superar, etc ese cáncer. Cuando el cáncer se va, la primera reacción es de alivio, la segunda es... ¿y ahora qué? ¿cómo se vivía sin cáncer? 

En fin, que después de zurrarme de drogas legales, ¿¿de qué queríais que hablara??

Buenas noches amigos.