Nunca he sido muy fantasma. He tenido la suerte de poder fardar con verdades del estilo de "pues yo he viajado hasta los 26 en business" (padre empleado de Iberia) o "pues mi madre tiene 18 hermanos y yo más de 50 primos" (esto, no necesita explicación...). No te sirven de mucho, pero oye, en el cole cuando algún listillo fardaba de juguetes nuevos, ahí estaba yo fardando de 6 hermanos, que sentaba muy bien... hasta que me crucé con Vicente en 5º, que tenía 8... que dolor en el orgullo. Con esto quiero decir, que no voy de sobrada por la vida, pero que sepáis, que a vuestros problemas, les quedan 34 líneas...
Mi descubrimiento empezó un día de mi paro, viendo una presentación de un físico famosillo por Inglaterra, llamado Brian Cox. Es de estos científicos apasionados que te explica la teoría espacio-tiempo fractal con una tela y dos naranjas, y vas y lo entiendes. Debe ser porque además de físico, es rockero... Tooootal, que ahí estaba él contando cómo funcionaba el acelerador de partículas inmenso que construyeron en Ginebra. Para finalizar, leyó un trocito de un libro de Carl Sagan, un astrónomo, llamado "Reflexiones sobre una mota de polvo" sobre esta foto tomada desde el Voyager en el 90, que decía así:
"Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es casa. Eso es nosotros. En él se encuentra todo aquel que amas, todo aquel que conoces, todo aquel del que has oído hablar, cada ser humano que existió, vivió sus vidas. La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles de confiadas religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de la civilización, cada rey y cada campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, cada esperanzado niño, inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de luz del sol.
La Tierra es una pequeña etapa en un inmenso estadio cósmico. Pensad en los ríos de sangre vertidos por todos aquellos generales y emperadores para que, en su gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos de una fracción de una mota de polvo. Pensad en las crueldades sin fin inflingidas por los habitantes de una esquina de la mota, en los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina. Qué frecuentes sus incomprensiones, su propensión a matarse entre ellos, qué fervientes sus odios. Nuestra imaginaria importacia, la ilusión de que tenemos alguna posición privilegiada en el Universo, son desafiadas por este punto de luz pálida."
Este día, en mi cabeza, cobró un sentido inmenso la palabra PERSPECTIVA. La primera observación que tuve fue "Si el mundo es esa minúscula motita, ¿¿Qué soy yo??". Y entonces me intenté ver desde el universo en esa minúscula motita. Me imaginé un pegote casi imperceptible, y entonces me empecé a imaginar a jefes, actores, políticos, compañeros, familia... y tienen la misma pinta que yo. Minimotas.
Con esto, motas del mundo, yo os animo a que penséis de manera práctica en cosas como la mota que os va a hacer una entrevista de trabajo, o en la mota de vuestro jefe. Relativizad y dadle vuestra propia prioridad a las cosas: pensad en que las horas extras que echais y los días de vacaciones, el projecto de la NASA y la tortilla de patata, los éxitos y los fracasos, las alegrías y las penas, desde el Voyager se ven igual...
Mi descubrimiento empezó un día de mi paro, viendo una presentación de un físico famosillo por Inglaterra, llamado Brian Cox. Es de estos científicos apasionados que te explica la teoría espacio-tiempo fractal con una tela y dos naranjas, y vas y lo entiendes. Debe ser porque además de físico, es rockero... Tooootal, que ahí estaba él contando cómo funcionaba el acelerador de partículas inmenso que construyeron en Ginebra. Para finalizar, leyó un trocito de un libro de Carl Sagan, un astrónomo, llamado "Reflexiones sobre una mota de polvo" sobre esta foto tomada desde el Voyager en el 90, que decía así:
"Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es casa. Eso es nosotros. En él se encuentra todo aquel que amas, todo aquel que conoces, todo aquel del que has oído hablar, cada ser humano que existió, vivió sus vidas. La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles de confiadas religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de la civilización, cada rey y cada campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, cada esperanzado niño, inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de luz del sol.
La Tierra es una pequeña etapa en un inmenso estadio cósmico. Pensad en los ríos de sangre vertidos por todos aquellos generales y emperadores para que, en su gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos de una fracción de una mota de polvo. Pensad en las crueldades sin fin inflingidas por los habitantes de una esquina de la mota, en los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina. Qué frecuentes sus incomprensiones, su propensión a matarse entre ellos, qué fervientes sus odios. Nuestra imaginaria importacia, la ilusión de que tenemos alguna posición privilegiada en el Universo, son desafiadas por este punto de luz pálida."
Este día, en mi cabeza, cobró un sentido inmenso la palabra PERSPECTIVA. La primera observación que tuve fue "Si el mundo es esa minúscula motita, ¿¿Qué soy yo??". Y entonces me intenté ver desde el universo en esa minúscula motita. Me imaginé un pegote casi imperceptible, y entonces me empecé a imaginar a jefes, actores, políticos, compañeros, familia... y tienen la misma pinta que yo. Minimotas.
Con esto, motas del mundo, yo os animo a que penséis de manera práctica en cosas como la mota que os va a hacer una entrevista de trabajo, o en la mota de vuestro jefe. Relativizad y dadle vuestra propia prioridad a las cosas: pensad en que las horas extras que echais y los días de vacaciones, el projecto de la NASA y la tortilla de patata, los éxitos y los fracasos, las alegrías y las penas, desde el Voyager se ven igual...
